Cruda Realidad
Por Luis Villegas
El sismo, sacó del corazón
de los mexicanos, un fenómeno que nos ha
caracterizado, la solidaridad, y la pauta
la dieron los miles de jóvenes brigadistas,
no sólo de la Ciudad de México, sino de todo el país y el planeta, que visitaron
la capital derivado de la desgracia
ocurrida el pasado martes 19 de septiembre, fecha que será histórica en el
México moderno-.
¿Y porqué será histórica?
Pues la razón es tan simple, que el mismo día ocurrieron por casualidad, no quiero llamarle causalidad,
dos sismos que han sacudido a los habitantes de la gran ciudad.
El primero hace 32 años
recordado por la devastación en Tlatelolco básicamente , y fue precisamente media hora
después de conmemorar a las víctimas de 1985,
cuando de nueva cuenta, los ex defeños, corrían hacia afuera despavoridos por el miedo que causó
dicha sacudida de la tierra.
Aunque en condiciones
diferentes respecto a la comunicación, y dicha situación fue precaria que en el 85 y prevaleció, esto, ante el avance de tecnología que ahora hay; sobretodo la inmediatez de las redes sociales y el hecho de que las compañías telefónicas hayan abierto los servicios, facilitó la eficaz comunicación; sobretodo en el rescate de personas, que
publicaron en redes que se encontraban bajo los escombros.
Lo cierto, es que los ciudadanos actuaron con
agilidad, y ganaron al gobierno en el
trabajo de remozar escombros, rebasaron al gobierno en el trabajo que le tocaba
hacer, el de dar certidumbre a los
ciudadanos y responder ante la tragedia.
¡Los rebasaron de rebote!
Y lo mejor fue que se mantiene
la actitud, y no es por ser positivista,
es por marcar la diferencia ante la
tragedia de perder a un familiar, a un ser querido animal, perro, gato, perico.
La tragedia trajo consigo la
bondad y el espíritu de servicio que creíamos había desaparecido, y que
nos habían arrancado por la hueva mental de ya no creer, en nada, ni siquiera
los gobiernos.
Pero lo que sí está claro
es que, a pesar de que hay reclamos a
quienes son los que deberían hacer el trabajo, también lo que se
destaca es que, nadie espero a su
reacción, esta, fue ayudar.
En las calles de la gran
ciudad de México, ahora caminan
brigadistas que te regalan agua, que te dan un pan, que te ofrecen una cobija y
que sobretodo, no se rinden y menos se dejan llevar por la tristeza.
Y aunque la tristeza es un sentimiento que en el aire de los
edificios siniestrados y en el animo de los capitalinos se percibe, también la
esperanza de que aparecerán sus familiares; es
la contraparte fabulosa que se respira, a pesar de ver toneladas de
escombros y parezcan pesadillas que jamás se podrán derrumbar para volver a sus
seres queridos.
Nadie puede negar que a
pesar de llevar más de 120 horas espera, la llegada de brigadistas, de perros
que encuentran personas, de mexicanos levantando escombros, le da ánimos a los
capitalinos a no rendirse.
Las diferencias entre ambos
sismos, es que a pesar de que el de 1985 fue más fuerte y causó más muertes
además de devastación, las diferencias abismales tienen que ver: con
el amor por la vida y el saber que
una vida siempre vale la pena, muy a
pesar de la supuesta descomposición social y de los fenómenos que en México se
hayan dado, como perderle el valor de lo
más sagrado que un humano tiene: su vida.
Por ello sigo sorprendido y
gratamente conmovido. Nadie puede negar; que aún somos un pueblo
de hermanos y que nuestras raíces, nos dan para ganarle la guerra a quien sea
en la situación que sea.
Y aunque estamos de luto por
la gravedad del problema, no sólo en la gran ciudad, sino por que las replicas
de los sismos se ampliaron a estados como Oaxaca, Puebla, Morelos, Chiapas, la
realidad es que en la ciudadanía, imperó la misma situación que en la gran
ciudad: la solidaridad
Cruda Realidad
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El Obturador de NaYARIT
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4:53:00 p.m.
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