Cruda Realidad

Por Luis Villegas

Con asombro veo que la guerra sucia puede más que una campaña de propuestas.

Con preocupación veo; que la insistencia de ganar el poder por el poder se convierte en una obsesión.

También quiero un México que crezca económicamente,  y que sus políticos nos convoquen a ser mejores, y no,  a la denostación, no a la corrupción, no más pobreza e impunidad.

Los partidos, quedaron llenos de políticos con carreras sucias, con jóvenes que no buscan una mejor vida como un bien común; lo hacen para su beneficio y con los mismos vicios de siempre y para los mismos de siempre.

No hemos logrado cambiar la mentalidad en quienes algún día serán representantes populares y tampoco existe el interés de hacerlo y de forjar mexicanos diferentes, los vicios, el dinero y el poder se los come.

Tampoco hemos creado conciencia de que el país necesita estabilidad y sobretodo que la económica de quienes coexistimos en este México, está a punto de explotar.

Y no creo que podamos seguir así, pues veo conflictos en muchas partes del país, problemas que en determinado momento, pudiera desatar un caos, una guerra civil.

Pero aunque pareciera que esto es solo una especulación, sin embargo el barco está tan hundido que, es demasiado indeleble acercarse a las zonas de conflicto sin un verdadero plan de acción, sin una verdadera propuesta, son muchos intereses, es demasiado  el tiempo en conflicto.

Por lo tanto al ritmo en que avanza lo que es la campaña y con los agravios entre los simpatizantes, el día de la elección, habrá un país dividido no solo ideológicamente; sino violencia si el candidato deseado no gana.

Por ello quienes ahora son candidatos deben dejar la denostación, y los ataques a menos de que hayan medido la potencia de su voz con su seguidores y de hasta dónde pueden ser capaz de parar una ola que esté dolida por la pérdida.

En tanto, los medios tampoco hemos sido coadyuvantes a preservar la calma, y hemos llevado mensajes equivocados a quienes están al pendiente de la información, de esa que denosta o que, deja en ridículo a algún candidato.

Por lo tanto si la calma no llega y se hace una campaña civilizada; podría haber problemas post-electorales, que serian desastrosos en la ya perjudicada economía de los mexicanos.

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